Botánica y científicamente se la conoce como “coffea arábiga”
Aunque digamos que el café altera los nervios, podemos decir que tiene un sin fin de propiedades las cuales previenen de algunos tipos de enfermedades tanto coronarias como de varios estilos.
Si se consume moderadamente sus beneficios serán espectaculares ya que nos puede prevenir de varios problemas relacionados con la salud gracias a su gran poder antioxidante y a sus efectos relacionados con el aparato digestivo.
Además de la cafeína, la planta de café posee otras sustancias como alcoholes diterpénicos (cafestol y kahweol), sustancias que también actuarían en forma negativa produciendo diferentes cardiopatías.
No hay motivos para eliminar el consumo de café como parte de una dieta equilibrada siempre y cuando éste sea moderado, es decir, equivalente a 3 ó 4 tazas diarias.
Una sustancia que contiene llamada cafeína es la que le da el nombre al café.
Contiene numerosas vitaminas, minerales y antioxidantes, entre ellos los flavonoides y los efectos beneficiosos que sus polifenoles pueden tener en el organismo, ya que en la mayoría de países industrializados, entre ellos España, el café es la mayor o una de las mayores fuentes de antioxidantes en la dieta diaria.
La capacidad antioxidante del café puede ser un factor protector frente a un gran número de enfermedades en las que está implicado el estrés oxidativo de las células, como las de tipo cardiovascular y las de carácter neurodegenerativo tales como el Alzeimer y el Parkinson.
El consumo de café a largo plazo "también puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes mellitus y mejorar el control metabólico de la glucosa, incluso en pacientes diabéticos". De igual forma, han resaltado que el café también ha demostrado tener efectos beneficiosos sobre el aparato digestivo, especialmente en la incidencia de algunas de las enfermedades más frecuentes del hígado y de la vesícula biliar.
Tiene un carácter protector frente a las enfermedades hepáticas, como la cirrosis o el hepatocarcinoma, o la litiasis biliar. Científicamente se ha demostrado que beber café no aumenta el riesgo general de desarrollar el cáncer y que, en cambio, puede ser un factor protector frente a algunos tipos de cáncer, como el de faringe, esófago, hígado o colon. El café todavía nos sigue sorprendiendo debido a que, hoy día se han descubierto compuestos que benefician la salud. Tal es el caso de los compuestos fenólicos como por ejemplo ácido ferúlico, ácido p-cumárico y ácido clorogénico, u otras sustancias como la trigonelina, quindes y magnesio.
Todas estas sustancias actúan sobre la acción de la insulina, aumentando su sensibilidad, con lo cual mejora la entrada de glucosa a la célula para la obtención de energía.
Si bien es cierto que el café contiene cafeína, su efecto secundario sobre el sistema nervioso, puede ser compensado por estas propiedades contra la diabetes. Sólo es necesario ser prudente en la cantidad de café a beber, sin excederse. Incluso se estudió el efecto del café descafeinado sobre la insulina, observándose el mismo efecto beneficioso.
Por lo tanto, aquellas personas ansiosas o con problemas de hipertensión, también pueden beneficiarse bebiendo café; teniendo en cuenta esta información.
EL CAFÉ PUEDE PREVENIR LA OBESIDAD
Algunos compuestos del café como la cafeína y los ácidos clorogénicos pueden prevenir la obesidad y evitar la glicación avanzada de proteínas, protegiendo frente a las complicaciones y dolencias derivadas de la diabetes, según un estudio realizado por el CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas.
El consumo de café, tanto verde como tostado, propicia una menor ganancia de peso corporal, que se asocia al efecto lipolítico de la cafeína. Además, los tratamientos con extractos de café disminuyen el peso del hígado de las ratas diabéticas obesas, lo que sugiere una mejora en el metabolismo de los lípidos. Asimismo, los ácidos clorogénicos de café verde podrían evitar la formación de productos de glicación avanzada, involucrados en el desarrollo de dolencias asociadas a la diabetes como la retinopatía, la nefropatía y las enfermedades cardiovasculares.
EL CAFÉ PREVIENE DEL CANCER DE COLON Y DE MAMA.
El consumo diario de una taza de café puede modular el sistema inmunitario y proteger ante el cáncer de colon y de mama. Así se desprende del «Estudio nutrigenómico del efecto de compuestos polifenólicos del café en células tumorales humanas», realizado por la Universidad de Barcelona.
Los investigadores trataron 'in vitro' modelos celulares de cáncer de colon y mama con concentraciones de ácido caféico y ácido clorogénico equivalentes a la ingesta diaria de una taza de café. Los resultados indican que estos compuestos polifenólicos del café modulan la expresión del gen STAT5B, que regula la vía de señalización de la prolactina, una hormona con carácter inmunoprotector en el desarrollo de los linfocitos B.
En lo referente a la prevención del cáncer, la investigación demuestra que el café es capaz de reducir el nivel de ATF2, una proteína que aumenta el estrés celular y que favorece el crecimiento de los tumores cutáneos. Los datos extraídos del estudio se suman a las evidencias científicas existentes en torno al papel protector que el consumo moderado y habitual de café podría desempeñar frente a algunos tipos de cáncer.
EL CAFÉ CREA ADICCION
Lo peligroso de un alto consumo de cafeína (a partir de los 400 miligramos diarios) es que puede crear dependencia psicológica y física. En estos casos la persona necesita cada vez una mayor ingesta para conseguir el efecto deseado, mantenerse activo, y cuando reduce la dosis de café se encuentra irritable, sufre dolores de cabeza y disminuye su capacidad de concentración.
EL CAFÉ Y EL FURANO
El café que se prepara en las cafeteras exprés y, sobre todo, el de las cápsulas, contiene más furano –compuesto tóxico y cancerígeno– que el de las cafeteras tradicionales de goteo, aunque siempre dentro de unos niveles seguros para la salud según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Barcelona.
No es lo mismo preparar un café en una cafetera de goteo, en una exprés o mediante cápsulas, porque aparecen niveles diferentes de furano.
Los científicos han evaluado la presencia de furano en el café mediante un método analítico automatizado. Los resultados revelan concentraciones más altas en el café expreso (43-146 nanogramos/mililitro) que en el de cafetera de goteo, tanto en el caso del café normal (20-78 ng/ml) como en el descafeinado (14-65 ng/ml).
Los niveles de estos productos tóxicos fueron “sensiblemente menores” (12-35 ng/ml) en el café soluble, pero muy superiores en los preparados a partir de cápsulas de una conocida marca comercial, donde aparecieron las concentraciones más elevadas (117-244 ng/ml).
“La causa de estos niveles más elevados se puede atribuir a que las cápsulas herméticas evitan las pérdidas de furano –muy volátil–, y a que las cafeteras donde se prepara aplican una mayor presión de agua caliente, lo que favorece la extracción del compuesto hacia la bebida”, apunta Javier Santos. Por el contrario, cuanto más tiempo está el café expuesto en las tazas o jarras, más se evapora el furano.
Valores diferentes pero no peligrosos
El investigador subraya que en todos los casos las concentraciones de estas sustancias están dentro de límites considerados “seguros” para la salud. De hecho, el equipo ha estimado la ingesta de furanos por consumo de café en Barcelona y ha obtenido unos valores (0.03-0.38 microgramos/kilogramo de peso corporal) inferiores al máximo establecido como aceptable (2 μg/Kg de peso corporal).
Para que la ingesta de furano alcance los valores máximos aceptables, una persona tendría que tomar al día un mínimo de 20 cafés de cápsula o 30 cafés exprés (para las marcas con mayor contenido de furano), o bien 200 cafés solubles. Estas estimaciones se realizan considerando tazas de 40 ml y un peso corporal medio del consumidor de unos 70 kg.
El estudio también revela que cuando se usan temperaturas bajas y tiempos elevados en el tostado del café (140 ºC y 20 minutos), las concentraciones de furano son menores que en las condiciones de tueste habitual (200-220ºC y 10-15 min).
El furano, al igual que la acrilamida, forma parte del grupo de sustancias carcinógenas que se puede formar durante los procesos de tratamiento térmico de alimentos y bebidas. Son el resultado de una reacción –denominada de Maillard– entre carbohidratos, ácidos grasos insaturados y ácido ascórbico o derivados.