domingo, 29 de agosto de 2010

PRESION E HIPERTENSION ARTERIAL

El corazón es el órgano encargado de bombear la sangre que circula por nuestro organismo. Para impulsar el caudal sanguíneo a la circulación general, el ventrículo izquierdo del corazón se contrae y se relaja de forma cíclica, de forma que con cada contracción (sístole) empuja o bombea la sangre a las arterias (que son los vasos que transportan la sangre oxigenada desde corazón al resto de nuestro organismo), para después relajarse (diástole) y volver a llenarse de sangre (ver figura 1).
La presión o tensión arterial es la presión que ejerce la sangre sobre la pared de las arterias. Depende fundamentalmente de dos factores: el volumen o caudal de sangre que circula, y la resistencia que ofrecen las arterias a su paso.

Figura 1. Anatomía del corazón y circulación de la sangre. La sangre llega desde el organismo a la aurícula derecha del corazón. Desde allí, se mueve al ventrículo derecho, que la impulsa a los pulmones. En los pulmones se “recarga” de oxígeno, vuelve al corazón, a través de las venas pulmonares dentro de la aurícula izquierda hacia el ventrículo izquierdo. El ventrículo izquierdo la impulsa al resto de tejidos del organismo a través de la arteria aorta.

La hipertensión arterial es un enemigo silencioso para la salud del corazón y uno de los factores de riesgo que llevan a la insuficiencia renal. Como lo define Gabriel Robledo Kaiser, cardiólogo de la Clínica del Country y director del Centro Cardiológico de Bogotá, la hipertensión arterial (HTA) es como el estado del tiempo, todo el mundo habla de esto, pero la gente no hace nada por evitarla y se olvidan de que la HTA es la principal causa de accidentes cerebrovasculares e infarto de miocardio.
La pregunta que todos se hacen es: ¿Cómo obtener un estilo de vida más saludable desde el sitio donde se encuentre? La respuesta no es sencilla, pero una de las formas de lograrlo es llevar unos hábitos saludables, donde se aprovechen al máximo los espacios disponibles para realizar actividades que favorezcan una mejor circulación en el organismo.
La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad crónica caracterizada por un incremento continuo de las cifras de presión sanguínea en las arterias. Aunque no hay un umbral estricto que permita definir el límite entre el riesgo y la seguridad, de acuerdo con consensos internacionales, una presión sistólica sostenida por encima de 139 mm Hg o una presión diastólica sostenida mayor de 89 mm Hg, están asociadas con un aumento medible del riesgo de aterosclerosis y por tanto, se considera como una hipertensión clínicamente significativa.

Causas de hipertensión arterial

La mayor parte de los casos de hipertensión corresponden a la llamada “hipertensión esencial" , que no tiene una sola causa identificada, sino que se origina por una serie de factores, tanto genéticos (hereditarios) como ambientales.
Hemos visto como la presión arterial depende del volumen de sangre que circula y de la resistencia que ofrezcan los vasos a su paso. Cualquier causa que contribuya a incrementar el volumen sanguíneo (consumo de sal en las comidas) o a aumentar la resistencia de las arterias (aterosclerosis, tabaco), provoca una elevación de la presión arterial.
La “hipertensión secundaria" es la presión sanguínea elevada que tiene su causa en algún trastorno específico, como puede ser una insuficiencia renal, obstrucción vascular, mal funcionamiento de glándulas suprarenales, algunos medicamentos...

Riesgo vascular asociado a la hipertensión


La hipertensión es un factor de riesgo muy importante de distintas enfermedades cardiovasculares. Es el principal factor de riesgo de padecer insuficiencia cardiaca (más de la mitad de los pacientes hipertensos presentan un alto riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca), ictus o enfermedad renal.

Cada aumento de 20 mmHg en la presión arterial sistólica, o de 10 mmHg en la presión arterial diastólica, dobla el riesgo de enfermedad cardiovascular, en todo el intervalo desde 115/75 hasta 185/115 mmHg.

Además, como hemos visto anteriormente, la hipertensión raramente existe aislada, sino que habitualmente coexiste con otros factores de riesgo.

Tratamiento de la hipertensión

Actualmente existen diferentes guías de tratamiento tanto internacionales como locales de tratamiento de hipertensión arterial. Todas ellas coinciden en que cualquier tratamiento contra la hipertensión debe comenzar con un cambio en el estilo de vida y en adquirir hábitos de vida saludables (alimentación correcta, ejercicio físico habitual...).

Sin embargo, la realidad nos dice que no siempre es fácil adquirir estos hábitos, de modo que con frecuencia es necesario iniciar un tratamiento farmacológico.

Este tratamiento farmacológico debe ser individualizado para cada paciente en función de su historia clínica, riesgo cardiovascular global, tolerabilidad de la medicación, etc.

Existen en la actualidad distintos grupos terapéuticos de fármacos para el tratamiento de la hipertensión. Si es Vd hipertenso o sospecha que puede serlo, hable con su médico. En cualquier caso, es indispensable un correcto cumplimiento de la medicación para lograr un control de la hipertensión adecuado.


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